La ASAMBLEA POPULAR es un partido político fundado el 21 de abril de 2006. Los sectores que integran esta coalición de izquierda, en su gran mayoría son escindidos del Frente Amplio, al que consideramos que ha virado hacia posiciones políticas de derecha.

sábado, 13 de octubre de 2012

Julio César Fernández: otro mártir de una dictadura militar

     El local de nuestra agrupación lleva el nombre de Julio César Fernández, y el 11 de octubre pasado se cumplieron 39 años de su detención y posterior desaparición. 
     Hoy compartiremos un material que tenía guardado un compañero desde hace bastante tiempo, para rendirle un pequeño pero muy sentido homenaje.

      Julio César "Peti" Fernández. Desaparecido el 11/10/73 en Chile.
      Nacido el 12 de diciembre de 1948, faltaban pocos días para que cumpliera los 25 años cuando desapareció.
     Estaba casado con Graciela García con quien tuvo una hija a la que llamaron Analía Sol. Lamentablemente, cuando la niña tenía apenas cinco días de nacida, su padre se vio obligado a partir al exilio tratando de preservar su vida. Si bien pudo llevarse en el corazón la imagen de su hija, ésta debió crecer sin concoer a su papá.
      Julio César vivió siempre en el Cerro, estudió en la UTU y trabajó desde jovencito en la textil Ferré. También militaba desde muy temprana edad con María, su madre, trabajadora y gran luchadora de la industria frigorífica.
      Su juventud nunca fue obstáculo para emprender actividades políticas; prueba de ello es que siendo muy joven, fue miembre fundador del primer Comité del 26 de Marzo que "funcionaba" en el living de la casa del militante.
      Cuenta Chichita Sassano, que mantenía una entrañable relación con él: "Julio César, creo que no habia conocido a su progenitor y por tanto su imagen paterna se reflejaba en Ruben (Sassano) a quien admiraba, respetaba muchísimo y quería como un padre. Era alegre, de buen carácter, solidario, era un canto a la vida. Amigo mío y de todos sus compñeros, Julio César tenía una forma de ser que le hacía lleverse bien con todos. No sé qué decir porque del "Peti" sólo tengo lindos recuerdos. Le apodabamos así porque no era muy alto. Sí muy bonito, rubio, de ojos celestes y siempre andaba de "punto en blanco". La señora lo tenía impecable y siempre lo embromábamos con eso en el Comité. Era un militante de fierro, dedicado al máximo. Él siempre se poníia al frente y quería estar en la primera fila ya fuera para pintadas o cualquier otra actividad. Recuerdo que en oportunidad de la marcha de los cañeros trabajó tanto, tanto, que nunca pude explicarme de dónde sacaba tanta fuerza y voluntad.
     Luego yo caigo presa y lógicamente pierdo un poco su rastro, Sí sé que estaba requerido en Uruguay, y entonces se va para Chile en el gobierno de Allende. Lamentableme ya nunca más pude saber de él".
     El 11 de octubre de 1973, fue visto por última vez en Chile, según el testimonio de algunas personas que presenciaron su detención.
     María Olaya, su madre, ha viajdo en varias oportunidades a Chile buscando incansablemente a Julio César aunque hasta la fecha (2004) haya sido con resultado infructuoso.

      
     Nancy Guzmán, periodista, nos envió el relato que hace la madre de Julio César:
     
      "Julio era mi único hijo y tenía y tenía 25 años cuando fue detenido y hecho desapareceer en Santiago de Chile. Él había estudiado en la Universidad del Trabajo Uruguya, UTU. En el año 1972 decide casrse y nace su hija Analía Sol. Ambos éramos militantes Tupamros, pero ninguno de los dos lo sabíamos debido a la compartimentación que existía por la infiltración de la policía de nuestro país. Ese mismo año me vi obligadaa a salir del Uruguay y viajé a Chile, la premura de mi viaje hizo imposible que nos viéramos con mi hijo. Al poco tiempo, Julio tiene que salir de Uruguay y nos encotramos aquí. Nos veíamos en un lugar prederterminado una vez a la semana hasta abril de 1973 cuando salgo de Chile rumpo a Cuba, nunca más supe de él y siempre pensé que él había logrado salir y escapar a la dictadura de Pinochet".
   
     Así comenzaba su relato María Fernández a la Comisión nacional de Verdad y Reconciliación una
 mañana de agosto de 1990 cuando aún soñaba con encontrar con vida a su hijo que 18 años atrás había buscado refugio político en Chile.
      
     Julio Cesar Fernández, había nacido en un hogar obrero de Montevideo donde los sábados y domingos se cebaba mate al calor de largas discusiones políticas, nunca le fue ajena la política como tampoco la represión. Llegó a Chile como su madre, sin más que un atado de ropas y ganas de participar en el devenir político. Era inquieto y a veces un poco apasionado en sus discusiones, razón que le costó la marginación de la organización que tenían los Tupas en Chile quedando descolgado de toda organización política local.
      Aislado y sin contactos se encontraba el día 11 de septiembre de 1973. Su único apoyo era Alicia Cheuquepán, una chilena que se había prendado de sus ojos verdes y compartían un cuarto estrecho en la pensión de propiedad del comerciante Andrés Opazo, un hombre que simpatizaba con los militares. El 11 de octubre de ese año ambos son detenidos y trasladados a Colina. Así se lo contó Alicia a Julia Rodriguez, compañera anterior de Fernández con quién había tenido una hija, sólo le agregó al relato, que ella había sido liberada a los pocos días sin saber más de Julio Fernández.
      El destino de Julio Cesar sería más trágico. Luego de padecer torturas en las dependencias del Ejército en Colina, sería trasladado al campo de exterminio de Tejas Verdes, dominio de Manuel Contreras.
      La historia de su paso por Tejas Verdes fue reconstruida por tres mujeres, que siendo adolescentes a la fecha en que ocurrieron los hechos, compartieron parte de su infortunio.
      Ana Graciela Becerra, relata así el encuentro con Fernández: "A fines de octubre o a principios de noviembre, no recuerdo el día exacto, en una de las cabañas por donde debíamos pasar, vi un bulto, que entre miradas pude observar que era una persona. Después de esto empezamos junto a mis compañeras de celda a tomar contacto con él. Era un joven hermoso, con unos ojos verdes y mirada que llamaba la atención, estaba muy maltratado tanto físicamente como psicológicamente, se encontraba sucio, con su pelo largo y al hablar con él nos dimos cuenta que tenía un acento extranjero, en ese momento creía que era argentino".
   
     Alejandrina Letelier Caruz, estudiante secundaria detenida en tejas Verdes recuerda: "me comentó que a él lo habían traído de Santiago, además que necesitaba un mapa para poder arrancar y que no le importaba la cantidad de guardias que había en el lugar y que estuviera minado"
   
     Mariela Bacciarrini Inostroza, relata así el fin de Fernández: "por comentarios de Ana Becerra, persona que estaba detenida junto a mí en la celda, supe que en la mediagua contigua a nosotras, había un joven extranjero, a quién nunca vi. Unos días después desapareció. Después de esto, en horas de la madrugada, no recuerdo el día exacto, me sacó el teniente Quintana, para trasladarme a orillas del río, en donde me esperaba el mayor Miranda, Fiscal a esa fecha, quién me acuso de haberle entregado información sobre el Campo y de los funcionarios del Ejército que allí trabajaban al joven extranjero, quién me dijo textualmente que esa información era secreto militar y que por razones de este hecho había muerto."
   
     Nelson Vásquez detenido en Tejas Verdes, da cuenta de como estaban los extranjeros detenidos: "Llegué a una cabina donde habían mujeres y hombres y se notaba que no eran chilenos, por su forma de hablar, era gente joven, universitarios, a los cuales ofrecí agua...me llamó la atención un joven que se encontraba en esa caseta, porque era alto de tez morena, ojos verdes, pelo castaño, sobresalía de él un mechón de color rubio, además como tenía el pecho descubierto pude ver que en él habían apagado cigarrillos, quedándole como una línea rota en el pecho, las mujeres estaban desnudas y muy dañadas."
   
     Igual mención a los extranjeros hace Onofre Aguila Parra: "en el mes de octubre de 1973, a fines, oscurecía cuando llegó una camioneta llena de personas detenidas de diferentes nacionalidades, argentinos, uruguayos, centro americanos, deben haber sido más de veinte, los cuales trasladaron a una torre adaptada para la situación, muy chica para la cantidad de personas que metían en su interior, con decir que no podían ni sentarse, había incluso mujeres, prácticamente esa torre era una lata de sardinas".
      A pesar que nunca ha sido reconocida la detención de Julio Cesar Fernández y otros extranjeros, ni cuál fue su destino, por parte de las fuerzas armadas, ni por quienes fueron parte de su gobierno, el suboficial de ejército (R) que tenía a cargo el campamento de Tejas Verdes, Ramón Luis Carriel dice: "En relación, a la persona que se me menciona como Julio César Fernández, no lo recuerdo, pero sí está en mi memoria la presencia como detenidos de unos jóvenes uruguayos, de entre unos 18 a 25 años, de todos los cuales se comentaba, pertenecían al movimiento 'Tupamaru'  y que habrían sido detenidos en la ciudad de Santiago".
      Julio César, Charles Horman, Frank Terrugi y otros extranjeros que fueron asesinados tras el golpe de estado, todos ellos habían llegado a Chile a cooperar en la construcción de una sociedad más justa, más humana. Sus sueños se quedaron para siempre en ese país que fue el asilo contra la opresión.

    

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